martes, 1 de julio de 2008

Predicadores

Esto que le pasa, según Wilkinson, a Jeffrey Sachs, también le pasa a mucha gente por aquí, y me incluyo a mí en ocasiones: predicamos la inminencia del apocalipsis, si no nos convertimos a la nueva religión del ahorro y la eficiencia energética y de la reducción de emisiones. Y ponemos nuestra esperanza en los cambios de comportamiento, en las negociaciones internacionales, en resumen, en la buena voluntad de la gente o en su miedo ante este apocalipsis. Pero, ¿por qué ponemos nuestra esperanza en esto, si nunca o casi nunca hemos tenido éxito?
Creo que yo al menos cada vez soy más consciente que en lugar de predicar (generalmente en el desierto), lo que hay que hacer es tratar de ofrecer alternativas razonables, e instrumentos políticos y económicos que nos permitan lograr esta "conversión" sin grandes traumas. Es decir, tenemos que pasar de los discursos "esotéricos" como dice Wilkinson a la acción, a las propuestas concretas de políticas que funcionen. Esta creo que debe ser la línea de actuación de la academia ahora mismo. Para lo otro ya tenemos a Al Gore...
Otra cuestión que también resulta familiar en el post es que considera que Sachs ve fallos de mercado, y ocasiones para intervenir, por todas partes. Es cierto que Wilkinson es un libertario, pero también es verdad que muchas veces tenemos la tendencia a querer intervenir demasiado, sin darnos cuenta de que frente al fallo de mercado está el fallo del regulador, y que por tanto a veces intervenir no es bueno, sino todo lo contrario. El mercado es mucho más poderoso de lo que creen muchos. Como dice Luis Rouco, si quieres arreglar un problema, pon dinero encima de la mesa...Así que, si hay que intervenir, hagámoslo al menos con instrumentos de mercado.

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