jueves, 1 de octubre de 2015

Foro BP y más sobre el caso Volkswagen

Estos dos días pasados hemos estado en el Foro BP de Energía y Sostenibilidad discutiendo sobre cómo promover la eficiencia energética (abajo copio la nota de prensa resumen), y uno de los temas que han salido repetidamente, claro, ha sido lo de Volkswagen. Bueno, pues parece que no es un caso tan aislado. No es exactamente igual, porque aquí no se presume ningún tipo de engaño, pero este informe muestra la desviación que hay entre los resultados de los tests habituales y el consumo real de los coches (aquí otro más). Y aquí el fraude de las televisiones. Preocupa desde luego el que los test sirvan para tan poco.


La colaboración público-privada, clave para resolver los retos de la eficiencia energética

Un resumen de lo tratado en las jornadas se ha presentado hoy, 1 de octubre, en una sesión abierta por Ignacio Pérez-Arriaga, Director de la Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad de Comillas ICAI-ICADE y Enrique González, Director de Comunicación y Relaciones Institucionales de BP España.


Madrid, 1 de octubre de 2015 – El análisis de los retos pendientes para la eficiencia energética en Europa ha sido el objetivo del Foro BP de Energía y Sostenibilidad, que se ha celebrado en Madrid los días 29 y 30 de septiembre, con la participación de más de 30 expertos nacionales e internacionales. Durante el Foro, los expertos han analizado la situación de las políticas de eficiencia energética en Europa, y las mejoras necesarias para alcanzar los objetivos que se plantean. Un resumen de los temas más destacados en el Foro ha sido presentado hoy, 1 de octubre, por Ignacio Pérez-Arriaga, Director de la Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE y Enrique González, Director de Comunicación y Relaciones Institucionales de BP España.

Los expertos han coincidido en el papel principal que debe jugar la eficiencia energética para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y también para mejorar la competitividad de nuestras economías y nuestra seguridad energética. Sin embargo, hasta ahora se ha progresado mucho menos de lo previsto. Esto puede deberse a que la eficiencia energética es poco visible y debe realizarse a pequeña escala, lo que complica su gestión. A eso puede añadirse también que los beneficios de estas actuaciones se reparten entre distintos agentes, incluso dentro de la misma empresa, y que los instrumentos utilizados hasta el momento han sido poco ambiciosos y no han sido capaces de atacar todos los problemas que dan lugar a la falta de eficiencia.

Por este motivo y para poder lograr los objetivos de ahorro energético, es imprescindible la colaboración del sector público y privado, coordinando sus intereses y utilizando de forma inteligente la regulación y el mercado. El sector público tiene que diseñar políticas que envíen señales de precio coherentes y crear las estructuras apropiadas para que se genere un mercado operativo para la eficiencia energética y el sector privado pueda responder de forma efectiva y eficiente con el considerable volumen de inversiones necesario.

En primer lugar, es necesario adaptar las políticas de eficiencia a los distintos sectores. El transporte presenta una problemática distinta al residencial o al industrial. Los dos primeros además deben ser prioritarios dada su elevada participación en el consumo de energía en Europa.

En segundo lugar, son necesarias medidas que incentiven la eficiencia sin generar efectos derivados que cancelen parcial o totalmente el ahorro inicial (el llamado “efecto rebote”), y que sean compatibles con los actuales mercados energéticos liberalizados y con las preferencias de los consumidores. Los expertos han señalado a los impuestos energéticos y a los sistemas de certificados blancos, ambos basados en señales de precio, como los instrumentos más adecuados, siempre complementados con una estrategia proactiva de información, como los certificados energéticos, una clara explicación de las facturas energéticas u otros.

Los sistemas de certificados blancos presentan ventajas evidentes en cuanto a eficiencia económica, al introducir mecanismos de mercado para determinar las inversiones más rentables y aportar flexibilidad a los agentes. Sin embargo, existen dificultades para estimar fiablemente los ahorros conseguidos en contextos liberalizados. En todo caso, el problema no es tanto la selección del instrumento sino su diseño adecuado.

Pero las señales de precio no son suficientes. Los expertos participantes en el Foro BP de Energía y Sostenibilidad han señalado la dificultad de motivar a los consumidores exclusivamente con los ahorros económicos, por lo que es necesario asociar el incremento de eficiencia a mejoras en la seguridad, en el confort o en otros atributos más valorados por los consumidores.

En cuanto a los instrumentos de información, el debate generado en el Foro ha puesto de manifiesto la presencia de numerosas deficiencias en relación a las actuaciones de eficiencia energética, que pueden ser corregidas tanto desde el sector público como desde el sector privado, y que permitirían aumentar sustancialmente el volumen de inversiones en este campo de actividad.

Los subsidios dirigidos a determinadas actividades pueden ser la medida más adecuada en otras ocasiones, siempre que tengan una fecha de caducidad claramente establecida. En otros casos, los estándares pueden ser el instrumento más recomendable, siempre que su diseño sea correcto y cuente con una señal de precio subyacente.

La mejora de los sistemas de financiación también es un asunto crítico, en vista de los volúmenes de inversión a movilizar. Aunque no son necesarios nuevos instrumentos financieros, sí es imprescindible dotarlos de una escala suficiente. Para ello hacen falta nuevos modelos de negocio, que puedan agregar inversiones, proyectos o promotores, e introducir a los bancos comerciales en la cadena de financiación de este tipo de proyectos. También es conveniente la estandarización de actuaciones para que puedan ser financiadas por los bancos comerciales.

Finalmente, los expertos también han señalado la necesidad de contar con más y mejores datos para entender bien las decisiones de los agentes que consumen energía y evaluar la efectividad de las medidas puestas en marcha, para así poder diseñar mejor estas políticas.

La situación en España

El Foro, que destaca en la edición de este año por la invitación que se ha realizado a participar, en el marco de la elaboración de sus respectivos programas electorales, a representantes del Partido Popular, PSOE, Ciudadanos y Podemos, también ha analizado las políticas de eficiencia energética en España. Aunque se ha mejorado mucho en la intensidad energética, sobre todo desde 2007, todavía hay mucho por hacer, especialmente en el sector residencial y en el transporte. En particular es necesario cumplir con los objetivos de la Directiva europea de Eficiencia Energética.

A este respecto, el mecanismo escogido por el gobierno (un Fondo de Eficiencia Energética) cuenta con varios problemas de diseño que afectan a su efectividad y eficiencia económica, fundamentalmente la determinación de la cuota a aportar y la gestión de los fondos. En este sentido, parecería más recomendable introducir sistemas de mercado para estos fines, que aumentaran la eficiencia y flexibilidad del sistema sin comprometer su efectividad. También sería recomendable introducir mejoras en los sistemas de financiación, y potenciar las políticas de información a los consumidores. Existen buenos ejemplos en otros países europeos de los que se puede aprender.

Además, los expertos consideran imprescindible una evaluación correcta del coste y potencial de las actuaciones en eficiencia energética para poder priorizar actuaciones y determinar los objetivos a alcanzar a un coste razonable; así como una mejor coordinación entre todas las administraciones y departamentos implicados en eficiencia energética.

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